Las vías alternativas de financiación a la banca aportan la cuarta parte del crédito a las pymes. La caída del 6,8% dxel crédito bancario a las empreas ha hecho que éstas opten por nuevas vías de financiación como el capital riesgo, los "business angels" ó el mercado alternativo bursátil.

En un contexto económico en el que gran parte de las principales magnitudes macroeconómicas presentan datos negativos, el sector exterior se ha convertido en una referencia de la economía española, puesto que es de los pocos que sigue, no solo manteniendo, sino mejorando sus cifras en los últimos años.
Actualmente ya existe un importante número de empresas nacionales que obtienen gran parte de su cifra de negocio y de su beneficio fuera de España. Otras se han lanzado a la exportación en estos últimos años, ante la caída del mercado interno.
La exportación suele ser el primer paso de las empresas antes de abordar un proceso más amplio e integral como es la internacionalización. La decisión de una compañía de implantarse en otro país no es una decisión que se tome de una día para otro. Requiere por parte de las empresas un grado de madurez, un importante conocimiento del mercado, una estructura productiva ajustada y una financiación adecuada que les permita abordar este proceso con suficientes garantías.
A juicio de muchos expertos, la financiación es una de las herramientas sobre la que es más necesario actuar.

La morosidad bancaria en España sigue subiendo de forma imparable (en agosto marcó un récord histórico en el 10,5% del crédito), pero ya no es sólo cosa del sector inmobiliario como hasta ahora. Según alertan las principales entidades del país, los impagos han saltado al resto de sectores de la economía, donde las empresas están asfixiadas tras cuatro años de crisis y ya no pueden devolver los créditos. Sobre todo si éstos han incrementado hasta la estratosfera sus intereses para que las entidades puedan mantener sus márgenes. 

La pequeña y mediana empresa desempeña un papel clave para la recuperación de la economía.
La pyme es el motor de la economía, crea la mayoría de los productos y servicios innovadores del mercado y el 85% de todos los nuevos puestos de trabajo. Son la mejor esperanza para salir de la crisis.
Por eso se hace imprescindible apoyar a la pyme para aprovechar su potencial.

1. Porque eres consciente de que tu empresa necesita crecer y necesitas que alguien te oriente.
2. Porque un mayor tamaño de tu empresa te permitir poder afrontar con mayores garantías un proceso de internacionalización en nuevos mercados.
3. Porque un mayor tamaño de empresa posibilita conseguir financiación mas fácilmente y en mejores condiciones.
4. Porque mas tamaño de empresa permite obtener economías de escala y mejorar la productividad de tu negocio. Más productividad te llevará a conseguir mayor competitividad.
5. Crees que mayor tamaño de tu empresa te permitir abordar proyectos de I+d+i, mejorar la competitividad y crear empleo de mayor calidad.
6. Mayor tamaño de tu empresa te permite mayor poder de negociación con proveedores.
7. Porque necesitas consejo profesional de calidad para generar mas valor en tu estrategia de crecimiento.
8. Porque necesitas acceder a información relevante sobre las operaciones de concentración empresarial en tu sector.
9. Porque necesitas conocer las iniciativas públicas y privadas de apoyo a los procesos de concentración empresarial.

El acceso a la financiación no es algo sencillo en situaciones como la actual y mucho menos para pymes, que se topan con la complejidad añadida de que sus potenciales prestamistas tienden a desconocer la calidad crediticia de la empresa. Sin embargo, siempre hay alternativas a la clásica financiación de entidades financieras y especialmente para proyectos singulares. Sin ir más lejos, más de 18 millones de euros se han invertido en start-ups en España en las últimas seis semanas. ¿Qué elementos diferenciadores ofrecen estos proyectos frente a otros? ¿Por qué los business angels apuestan por ellos?

En primer lugar, hay que destacar que una buena idea no es, per se, una oportunidad de negocio y, por tanto, candidata a obtener financiación. En términos matemáticos, una buena idea siempre es condición necesaria, pero no suficiente. Además de atender una necesidad no satisfecha, el proyecto debe contar con un modelo de negocio realizable. ¿Es o puede ser rentable a medio plazo? ¿Es un proyecto escalable? ¿Tiene alcance internacional? ¿Cuál es el elemento diferenciador que hace que los consumidores apuesten por el producto y no por otro? Es fundamental “armar” convenientemente el proyecto para que terceros apuesten por él, desarrollando un buen plan estratégico. De ahí, la conveniencia de contar con un asesoramiento profesional para su elaboración o validación previa.

El equipo es la segunda gran baza, el gran activo del proyecto. Debe transmitir pasión y entusiasmo en lo que hace y contar con el know how, el compromiso y el tesón necesarios para impulsar el proyecto. El talento es esencial y siempre debe ir acompañado por la experiencia de un senior… y es que un equipo bien cohesionado siempre aporta más valor que un único genio.

El mayor reto al que se enfrenta la economía española en el año que empieza es frenar la destrucción de tejido empresarial (y con él, de empleo) al que está siendo sometido nuestro país.

Como hemos visto últimamente, en quebrar una empresa se tarda poco (basta que un banco o caja le corte las líneas de crédito en un momento de caída de ventas), pero desarrollar una empresa desde su arranque hasta que tenga más de cien empleados se tardan muchos años. Cuando volvamos a ser competitivos habremos perdido gran parte de nuestro tejido empresarial y tardaremos más de una década en reconstruirlo.

Un "mercado financiero" es el nombre que se da al sistema de distribución por el que las entidades con exceso de liquidez proveen de dinero a aquellas con falta de liquidez. Tenemos en España un mercado financiero ineficiente, en el que hasta el propio Estado necesita de asistencia del BCE para poder financiarse.

Para cumplir con los requisitos de Basilea III, los bancos españoles van seguir reduciendo la financiación a las empresas en un importe de hasta 100.000 millones de euros.  Los bancos, por tanto, sólo van a dar disgustos a las empresas.

Ante esta circunstancia y en una situación en el que los balances de las compañías nacionales están sobreapalancados, urge la capitalización de nuestras empresas para dotarlas de fondos propios que les capaciten para afrontar los disgustos que les inflijirán bancos y clientes (desgraciadamente el impago se ha convertido en una epidemia en nuestro país, pues ante los cortes de líneas bancarias las empresas se están financiando con sus proveedores, mañana lo harán con sus empleados). Se tendrán que capitalizar de manera directa o a través de mercados de capitales como el Mercado Alternativo Bursátil.

Esperemos que el Gobierno apruebe pronto la esperada Ley del Emprendedor con ayudas a la capitalización de empresas. Mientras tanto, aquellos empresarios prudentes que aspiren a sobrevivir al tsunami financiero que azota a España, deberían poner en marcha lo antes posible programas de búsqueda de nuevos inversores. Como decía Goethe, " Conocer no es suficiente, tenemos que actuar. Querer no se suficiente, tenemos que hacer".