Grandes fortunas se interesan por la compra de parkings, gasolineras o establecimientos hoteleros, así como pazos y casas rurales - "Vienen atraídos por la Galicia 'low cost'", asegura la patronal de las inmobiliarias gallegas

paula pérez santiago 02.01.2014 | 11:37

Hace un siglo miles de gallegos, huyendo de la penuria económica, hacían las maletas y se iban a América en busca de un sustento. Hoy Galicia sufre otra crisis. Con su tejido productivo debilitado y un mercado inmobiliario en desplome, los descendientes de aquellos emigrantes, convertidos en hombres de negocios, vuelven a sus raíces, solo que no lo hacen para asentarse en la comunidad gallega, sino para hacer negocio. Consultoras especializadas y responsables del sector inmobiliario coinciden en que inversores mexicanos y venezolanos buscan propiedades y empresas en venta en Galicia con la idea de hacerse con ellas a precios de saldo.

Según explican, ya se empiezan a cerrar algunas operaciones. Este creciente interés de empresarios del otro lado del Atlántico coincide además con la compra de Barreras por parte de la mexicana Pemex y la adjudicación de Novagalicia al grupo bancario venezolano Banesco.

Pero a menor escala empresarios de México y Venezuela empiezan también a interesarse tanto por la compra de propiedades como de empresas en Galicia. ¿Pero por qué invertir en la comunidad gallega? Celestino Reyes, socio de la empresa viguesa Reyes Brokers Business, especializada en la compraventa de empresas, apunta a la creciente inseguridad que existe en estos dos países. "Para ellos es más seguro traer su dinero hacia aquí", apunta.

Para el presidente de la Federación de Inmobiliarias, Benito Iglesias, llegan atraídos por la "Galicia low cost". "Nos ven como un sitio de oportunidades", asegura.

El perfil de estos empresarios es el de un inversor que, aunque compra aquí una empresa, sigue teniendo sus negocios en México o Venezuela. "Buscan sobre todo oportunidades para invertir con la compra de parkings, hoteles o, en el caso de los venezolanos, gasolineras puesto que es un sector que conocen más", explica Reyes, cuya consultora acaba de cerrar precisamente la venta de un hotel a un empresario mexicano.

Otra de las peculiaridades es que no quieren complicaciones con las plantillas y por eso "buscan negocios que necesiten poco personal".

Reyes defiende, en todo caso, que uno de los atractivos para estos nuevos inversores es que los salarios en Galicia "empiezan a ser competitivos". En cuanto al precio al que se venden, este consultor advierte que si la empresa está "consolidada" en el mercado se fija un valor acorde. "Si es un buen negocio, obviamente hay que pagarlo", apunta.

Sin embargo, desde el sector inmobiliario dejan claro que la táctica de estos empresarios es regatear al máximo para intentar adquirir la propiedad al menor precio posible.

El presidente de la Federación de Inmobiliarias de Galicia explica que estos inversores mexicanos y venezolanos no buscan promociones de viviendas nuevas, sino pazos, casas de turismo rural o bodegas. "Invierten en propiedades significativas porque están a bajo coste. Algunas que hace cinco años costaban un millón de euros, hoy las pueden conseguir por 400.000 euros", aclara.

Y no lo hacen con intención de usarlas como segunda residencia. En algún caso pueden explotarlas como negocio hostelero, pero la mayoría solo buscan invertir su dinero en una propiedad que más adelante puedan vender a mayor precio.

"De momento se han cerrado pocas operaciones con mexicanos y venezolanos, menos de una decena. Pero sí que estamos recibiendo bastantes solicitudes interesándose por propiedades aquí. Nos llaman y nosotros primero les enviamos un dossier. Si les convence alguna entonces es cuando vienen a verla. Se pasan un mes en Galicia y eligen", explica Iglesias. El responsable de las inmobiliarias gallegas explica que "no es el circuito inmobiliario normal". "Es más elitista y confidencial. Las operaciones se cierran con bastante discreción", apunta.

Lo que no tiene claro es si el hecho de que Galicia interese a estos inversores el algo bueno. "Como medida de choque igual sí, pero ellos vienen a comprar lo más económico y hacer el mejor negocio para ellos. Eso no genera valor añadido ni marca", lamenta.

Celestino Reyes